sábado, 5 de abril de 2014


LA TONTERÍA DE CAYO LARA.

Ayer leí la “Carta a Cayo Lara del padre de un hijo tonto”, dirigida por Andrés Abelasturi al  secretario general de Izquierda Unida, don Cayo Lara, por unas declaraciones que al parecer hizo posicionándose contra la monarquía como sistema de organización política de nuestro país.

En dicha carta, Abelasturi  dice sentirse ofendido, como padre de “hijo tonto”, por la siguiente  afirmación del líder de IU:   "No entendemos que alguien por el hecho de ser hijo de, tenga que ser jefe de un Estado. ¿Y si sale tonto? ¿Tenemos que cargar con un Jefe del Estado tonto?"

Es normal que el periodista se sienta ofendido por esto, aunque, como él mismo reconoce, Cayo Lara no tuviera una intención ofensiva contra las personas faltas o escasas de entendimiento o razón, por padecer cierta deficiencia mental -que es lo que en español quiere decir el vocablo “tonto, a”-  ¡faltaría más!

La intención de Cayo Lara era mostrar un argumento contundente contra el principio de legitimidad monárquica, pero lo hizo de un modo bien tonto, si seguimos usando el español conforme a los precisos significados de las palabras, tal como las recoge el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua.

Y lo desafortunado de la expresión no radica sólo en la falta de tacto hacia muchas personas que se pueden ver ofendidas con toda la razón del mundo, como es el caso del periodista Abelasturi, el cual tiene un hijo con discapacidad intelectual; sino también, y esto es los peor, en el propio argumento en sí.

Mientras que los que propugnan la Tercera República tengan las ideas tan confusas como don Cayo Lara, ésta no tiene la más mínima oportunidad de fructificar en un país, por otro lado, tan poco monárquico como es España. País en el que casi cuarenta años de una dictadura personalista acabaron con el monarquismo. Por lo que no conviene confundir monarquismo con "juancarlismo".

Cayo Lara arguye una razón de tipo “práctico” bastante fácil de contra argumentar: ¿Qué pasaría si el heredero fuera una persona discapacitada intelectualmente? Muy sencillo, se le inhabilitaría de modo que el que pasaría a reinar sería el siguiente intelectualmente capacitado en la línea de sucesión dinástica. O se pondría un regente. Así de sencillo.

Pero el problema de la monarquía no es ése. La legitimidad de la monarquía, al menos en un país como el nuestro en pleno siglo XXI, no es una cuestión de tipo práctico, sino una cuestión de tipo ético y relacionada con la dignidad de las personas en su calidad de ciudadanos.

Cuando oigo argumentar a favor y en contra de la monarquía hoy en día constato que aún, al menos una gran parte de la ciudadanía española, sigue anclada en el franquismo sociológico y político, incluido, lamentablemente, sin ser consciente de ello, el propio Cayo Lara, a la luz de su argumento. Todas las discusiones que se pueden oír, giran en torno de las ventajas que conlleva, por ejemplo, no tener que hacer elecciones para la jefatura del estado -¡con el dinero que cuestan!-, lo caro que sale mantener una casa real, o la garantía de imparcialidad política del rey, que se sitúa como una especie de padre vigilante que no se "meterá en política" salvo cuando la situación se complique tanto que le obligue a intervenir como salvador de la patria, tal como pasó el día 23 de febrero de 1981. Hecho por el cual, dicho sea de paso, Juan Carlos de Borbón se ganó la simpatía y la aceptación del 99% de sus sub-di-tos.

Veamos la cuestión.  Según el relato franquista, las hordas rojas habían iniciado un proceso revolucionario que estaba subvirtiendo el orden político republicano mediante la violencia, la quema de templos, etc. Entonces el ejército, en un acto de defensa patriótica, impone su autoridad con un levantamiento a cuya cabeza se pone Franco, el cual es capaz de vencer y expulsar a los malvados enemigos de España quedando como líder, por la vía de los hechos, a título de “Caudillo”.

No es la legitimidad legal sino la fáctica la que pretendidamente legitima al Caudillo. Es la simpatía de su pueblo tras un exitoso levantamiento armado, con el que éste se ve libre del peligro del comunismo y la anarquía (todo en el mismo saco).

De hecho el himno oficioso de España, cantado en su época por la gente, con la música de la marcha real decía: “Franco, Franco, qué cara tan simpática que tiene usté, parece un requeté”.

Y apoyado en esta supuesta legitimidad per-so-nal se sostiene un régimen, ora fascista, ora capitalista, ora tecnócrata… en una palabra, personalista; cuyo argumentario político de cara a los gobernados era el que se resumía en el lema de una emisión de sellos de correos dela año 1964: “España.  XXV años de Paz 1939-1964”; o dicho de otro modo, “olvidaos de la política y viviréis de puta madre: Franco, garante de la Paz”.

Cuarenta y cinco años después, el relato es el siguiente: el rey, que, aun habiendo protagonizado un cambio pacífico del sistema político heredado de Franco hacia la democracia, no estaba bien asentado en la opinión de sus súbditos -nada monárquicos después de casi cuarenta años de caudillismo, como ya se ha dicho-  y por haber sido, al fin y al cabo, impuesto como Jefe del Estado por Franco; ante un levantamiento militar retrógrado que quiere subvertir, por la vía de la violencia contra el poder legal, el ordenamiento democrático, al estilo de lo que pasó en el 36, se pone el uniforme, y en valiente acto de autoridad militar somete el levantamiento, ganándose así la simpatía de su pueblo.

Por tanto no es en el derecho dinástico en donde auténticamente se ancla la legitimidad de Don Juan Carlos, sino en la legitimidad fáctica derivada también del hecho “salvífico” que -si bien en sentido políticamente opuesto, si se quiere- protagoniza éste por decisión propia.

En pocas palabras, Franco se siente legitimado a mandar por habernos salvado de “los rojos”, y a Juan Carlos lo terminamos de aceptar como rey por habernos salvado de “los fachas”. Y sobre todo –y esto es lo importante- para que, si volviera a ser necesario volviera a hacerlo.

De lo que se deduce que lo malo de la monarquía para don Cayo es el peligro de que la naturaleza o el destino nos deparara un monarca “tonto”, que por tanto fuera incapaz de manejar con mano firme y decidida el timón de la nación.

Pues no, don Cayo, no. Ésa no es la razón por la cual hoy deberíamos estar organizados políticamente como una república, La III República Española. La razón tiene que ver con los derechos y la dignidad de los españoles y las españolas. Y tiene que ver con el cambio de paradigma –de modelo- socio-político que aconteció en Occidente con las revoluciones Francesa y Americana, y los sucesivos procesos de independencia de la Corona Española -más o menos afortunados o desafortunados- con los que surge una nueva forma de organización política y de relación entre gobernantes y gobernados.

A partir de entonces, los gobernados ya no son súb-di-tos, sino ciu-da-da-nos. Aparece el concepto moderno de Nación, como ente político común formado por el conjunto de ciudadanos libres; contrapuesto al concepto de Reino como propiedad del cabeza de una familia concreta -la dinastía reinante- , el cual se transfiere a su primogénito como si se tratara de cualquier otro bien patrimonial; Cabeza de familia al que se le debe sumisión por parte de sus subordinados o súbditos, los cuales no son esclavos, cierto, pero deben obediencia al monarca, que como expresa la etimología de la palabra gobierna individualmente (de monos, μόνος, "uno/singular", y ἄρχω, árkhō, "gobernar").

Por tanto “democracia” (de δῆμος, dḗmos, «pueblo», y κράτος, krátos, «poder») es un término antitético al de “monarquía” (o el gobierno de uno sólo).

No obstante hoy en día existen las llamadas monarquías parlamentarias en las que el rey reina, pero no gobierna. Y entonces la pregunta que cumple es: ¿Si un rey no gobierna, por qué ha de reinar? Y aquí solo caben dos respuestas: una que tiene que ver con el derecho que tiene el heredero a poseer las atribuciones del cargo por el mero hecho de haber nacido del rey. Lo que implica un atentado contra el principio de igualdad política de los ciudadanos y ciudadanas en democracia, porque la jefatura del estado ya dejó de ser un bien patrimonial privado, para pasar a ser una cosa de carácter público que concierne a todos los ciudadanos. O bien una respuesta de tipo práctico, o mejor dicho “pragmático” del tenor de las que ya se han expuesto.  Apoyarse en estas segundas es admitir una especie de tutela a cargo de una institución sin la que sería difícil que nos entendiéramos, al no contar con una especie de padre benévolo y no actuante, que nos deja hacer mientras no sea imprescindible colocarse el uniforme de Capitán General para salvarnos de nosotros mismos.

Por tanto no es una razón práctica, repito, señor Cayo Lara. Es que no debemos seguir siendo “súbditos”, más o menos liberados, cuando lo que nos cumple es ser “ciudadanos” de pleno derecho, libres, e iguales en derechos y obligaciones. Es una cuestión de dignidad; de entender que después de casi cuarenta años de democracia ya no somos políticamente unos “menores de edad” que tengamos que ser tutelados por Su Majestad el Rey, con el cual El Caudillo lo dejó todo “atado y bien atado”. Es, en una palabra, que ya es hora de romper esa ligadura que nos ata al pasado de una confrontación entre españoles y de su desenlace, que pesa sobre nosotros todavía como una losa.

Y que usted no sea capaz de percatarse de lo tonto que era el argumento antes de esputarlo, lo coloca en una categoría verbal que es peor que la de “tonto”, y ésta es la de “necio”; término que es definido por la Real Academia Española de la Lengua como: 1, “Ignorante y que no sabe lo que podía o debía saber”; 2, “Imprudente o falto de razón”, y 3. “Terco y porfiado en lo que hace o dice”.

Para Forrest Gump el tonto es el que hace tonterías. Pero eso no es cierto. El que hace o dice tonterías no es un tonto sino un necio. Y lo de usted, sr. Cayo Lara, fue una solemne tontería.

La república debe ser la forma natural de organizase políticamente de las sociedades modernas porque ésta, en su formulación teórica, implica un principio de igualdad de todos y todas ante la ley que la monarquía, por definición no contempla, y no porque sea más eficaz para ponernos a salvo de la estupidez de los gobernantes. La república no tiene mecanismos para evitar que los necios accedan al poder, esos es obvio,  pero al menos nos define a los ciudadanos como mayores de edad políticamente.

 Más le valdría, sr. Cayo Lara, dejar de hacer el tonto y dedicar todas sus energías a exigir que se modifique una ley electoral injusta e inequitativa (o antiigualitaria) que desde el principio de la democracia le viene arrebatando la cuota de representación parlamentaria que a sus votantes les corresponde moralmente, en favor de los nacionalistas que luchan por establecer diferencias entre ciudadanos, en virtud de supuestos derechos históricos, étnicos o culturales, y de los interesados defensores del "bipartidismo" (PP & PSOE), modelo, que después de los sistemas de partido único es el más eficaz para gobernar -para pastorearnos-, pero el menos plural y, por tanto, el menos justo. 

martes, 7 de mayo de 2013


ÍTACA

(Konstantínos Kaváfis)



Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca

debes rogar que el viaje sea largo,

lleno de peripecias, lleno de experiencias.

No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,

ni la cólera del airado Poseidón.

Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta

si tu pensamiento es elevado, si una exquisita

emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.

Los lestrigones y los cíclopes

y el feroz Poseidón no podrán encontrarte

si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,

si tu alma no los conjura ante ti.

Debes rogar que el viaje sea largo,

que sean muchos los días de verano;

que te vean arribar con gozo, alegremente,

a puertos que tú antes ignorabas.

Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,

y comprar unas bellas mercancías:

madreperlas, coral, ébano, y ámbar,

y perfumes placenteros de mil clases.

Acude a muchas ciudades del Egipto

para aprender, y aprender de quienes saben.

Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:

llegar allí, he aquí tu destino.

Mas no hagas con prisas tu camino;

mejor será que dure muchos años,

y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,

rico de cuanto habrás ganado en el camino.

No has de esperar que Ítaca te enriquezca:

Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.

Sin ella, jamás habrías partido;

mas no tiene otra cosa que ofrecerte.

Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.

Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,

sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.

jueves, 25 de abril de 2013


¡Menos mal que, gracias al sistema de las autonomías, Andalucía ha podido luchar para defender sus legítimas aspiraciones! ¡Vaya tela! Ahora, eso sí, los vascos son un pueblo subyugado por el estado español, tal como se puede deducir de todos los indicadores socio económicos. España es una nación constituida por las antiguas regiones de primera -hoy ya insolidarias "naciones" -... y sus mariachis que hemos sido instrumentalizados para componer el escenario del sistema autonómico del que sólo se han beneficiado los mismos que se beneficiaron del centralismo franquista... Dicho de otro modo: a la muerte de Franco se cambió todo para que no cambiara nada. Al menos en lo esencial -el trabajo y la dignidad- ¡Andaluces levantaos pedid tierra y libertad!

DJMC - Baeza

jueves, 18 de abril de 2013

DESMONTANDO TÓPICOS SOBRE LA ESCUELA CONCERTADA
El lunes pasado envié el siguiente texto a varios medios informativos. No creo que me lo publiquen. La prensa es la prensa. Así que lo pongo aquí tal cual lo mandé, para quien lo quiera leer.
"Esta pasada semana, Europa Press ha difundido la noticia, aparecida en algún que otro medio de comunicación, de que el Consejo Andaluz de IULV-CA, a través de su Boletín del pasado día 4 del corriente, se comprometía a ir reduciendo la proporción  de centros concertados como contrapartida a las políticas del gobierno del partido popular.
Consultado el mencionado boletín en la página web de esta organización, me veo obligado a hacer algunas consideraciones desde mi condición de trabajador docente de Enseñanza Concertada y militante de la Federación de Enseñanza de UGT Jaén.
1ª. IULV-CA no dice, en su mencionado Boletín, que exigirá la reducción de la Escuela Concertada, o que luchará por tal cosa, sino que la Junta de Andalucía ha acordado la reducción de la Enseñanza Concertada por debajo del 19% actual. Pues bien, no es esto lo que viene diciendo Dª Mª del Mar Moreno, que es la consejera competente en materia de educación.
Mar Moreno -como ella gusta de llamarse- ha explicado en varias ocasiones que la reducción de unidades viene derivada del descenso de la demanda de puestos escolares, como consecuencia del retroceso demográfico que, como en el resto de España, se está produciendo en Andalucía.
2ª. ¿Si, tal como manifiesta IULV-CA en el susodicho boletín, la reducción de unidades de la enseñanza concertada no se va a hacer motivada por la reducción del alumnado, sino por cuestiones de ideario político, y lo que se proponen es extender la red de centros de titularidad estrictamente publica a costa de reducir la de centros concertados, podría explicar IULV-CA qué piensan hacer con los trabajadores, tanto docentes como no docentes –esto es, administrativos y personal de limpieza, cocina, porterías, conserjerías, etc.- que actualmente trabajamos en los centros concertados? ¿¡Es que nos van a convertir, quizás, en empleados públicos!? ¿O simplemente nos piensan mandar al paro? Es decir a la puñetera calle.
¿Esto es lo que tienen previsto gente tan sensible y comprometida con los problemas de la clase trabajadora, como los, y las, militantes de IUVL-CA? ¿Es, quizás,  que no somos dignos de conservar nuestros puestos de trabajo? ¿Por qué? ¿Porque somos todos unos “señoritos recalcitrantes votantes del PP”? ¿Porque somos pocos y no haríamos mucho ruido?… Quedo a la espera de la respuesta.
3ª. Pues bien IUVL-CA demuestra no tener ni idea de lo que es el sistema educativo actual, o estar movida por la intención de hacer de la demagogia una herramienta de acción política.
Los trabajadores de la concertada somos tan trabajadores como los funcionarios y los contratados laborales de la enseñanza. Muchos de nosotros militantes de sindicatos y partidos de izquierdas. Y, de entre éstos, algunos incluso con responsabilidades políticas. De lo que podría poner muchos ejemplos. Pero me limitaré, no obstante, a uno –para muestra vale un botón-, sin ir más lejos, el antiguo Secretario General de Izquierda Unida Los Verdes - Convocatoria por Andalucía, mi colega Don Luis Carlos Rejón; profesor de las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia de Baena (Córdoba), centro concertado vinculados a la Compañía de Jesús.
Y es que además, se da la circunstancia de que  los colegios concertados están llenos de hijos de sindicalistas y políticos de izquierdas, de lo que puedo dar fe desde mi conocimiento directo y no por oídas.
Como también ocurre que la mayoría del alumnado de estos centros no son hijos de señoritos adinerados,  contra lo que muchos equivocadamente creen.
Por otra parte la gente ha de saber que hay muchos tipos de colegios concertados. Por ejemplo, las cooperativas de profesores, que nada tienen que ver con el estereotipo de los colegios de élite que se quiere hacer recaer sobre la Escuela Concertada.
4ª. Es cierto, no obstante, que hay colegios concertados que por su ubicación en las ciudades y por una serie de razones -en las que no voy a entrar por motivos de espacio- atienden a una población más acomodada, que la de muchos centros de titularidad estrictamente pública. Pero esto también pasa con no pocos centros públicos que igualmente, por su ubicación y similares razones, atienden a alumnos del mismo tipo.
También es cierto –es justo reconocerlo- que algunos colegios concertados –no tantos como se quiere hacer ver- intentan seguir jugando a ser colegios “privados”, queriendo salirse de las reglas que la normativa de conciertos impone. Pero es ahí donde la Administración Educativa debe actuar de modo que si un centro quiere permanecer dentro de la red de oferta pública de enseñanza, a través de la fórmula legal del Concierto Educativo, ha de cumplir las normas y actuar como servicio público y no como negocio privado.
5ª. Excepciones y leyendas urbanas aparte, la Enseñanza Concertada es un servicio público, que de cara al público tiene las mismas obligaciones que los colegios de titularidad estrictamente pública. Es una enseñanza gratuita, sometida a las comisiones de escolarización y a la supervisión de la Inspección educativa, igual que la Enseñanza (estrictamente) Pública. Por ejemplo, en los centros concertados, no es obligatorio para su alumnado cursar la asignatura de Religión si los padres no lo solicitan, igual que no lo es en los colegios de  titularidad pública -¡Increíble! ¿Verdad?-; no se puede obligar a los padres a pagar AMPAS o comprar uniformes, si éstos no quieren, y, se diga lo que se diga, no se puede seleccionar al alumnado de entre los ricos, la ley lo prohíbe. Y si, en pocos o muchos casos se ha hecho algo de esto, es porque no se ha vigilado debidamente el cumplimiento de la ley. Tales cosas, son motivo suficiente para perder el concierto.
6ª. Sin embargo, por otra parte -y esto no lo sabe la gente porque no se publicita cuando se abre la batalla dialéctica entre la escuela pública y la privada- muchos centros concertados –y subrayo lo  de muchos- están ubicados en barriadas periféricas de capitales como  Sevilla o Málaga; en zonas  rurales de población ultra diseminada, como los campos de la antigua laguna de la Janda, junto a Vejer de la Frontera, en la provincia de Cádiz; en pueblos de población eminentemente jornalera, como Pedro Abad en Córdoba, u Osuna en Sevilla, o en polos industriales como Linares, donde reside un importante número de población inmigrante; etc. Centros en los que se escolariza, por tanto, una población de alumnos de extracción social desfavorecida que dista mucho del estereotipo del “alumno de Escuela Concertada” que muchos, malintencionadamente, se encargan de extender. En todos estos casos, se trata de centros concertados cuyos titulares son órdenes religiosas, lo mismo que lo son los titulares de los colegios que castizamente la gente viene en denominar “de lustre” o “de brillito” -o “brillico”, que decimos en las tierras del Reino de Jaén-; centros éstos que vienen demostrando un inequívoco compromiso social y pedagógico, desarrollando, además, proyectos piloto de innovación didáctica, como vanguardia de experiencias que luego se generalizan en el resto de la red educativa.
7ª. Frente a la Escuela pública no está la concertada, al menos en Andalucía. Frente a la escuela pública están los sectarios que desde posiciones extremas, tanto de derecha como de izquierda, quieren convertir nuestro sistema educativo actual, razonablemente democratizado, equitativo y equilibrado –aunque todo es siempre mejorable-,  en un modelo bipolar de: A) por un lado, Escuela elitista privada, no para quien la quiera pagar, sino para quien PUEDA hacerlo –que no es lo mismo-; y B) en el otro polo, Escuela Pública para el resto de los mortales anónimos.
8ª. Para quien no lo sepa, en la provincia de Jaén tan sólo hay dos colegios privados y están en la capital. Estos centros no reciben subvenciones y se financian de modo privado por quienes pueden y quieren permitírselo. A estos centros también asisten niños de miembros de partidos y sindicatos de izquierdas -no mucho ciertamente- que pueden y quieren llevarlos, de lo que igualmente puedo dar fe por conocimiento directo y no por oídas. El resto de centros de enseñanza reglada son centros concertados y por tanto gratuitos –no se olvide-, gestionados, eso sí, por entidades privadas. Entidades que no son sólo órdenes religiosas, hay también algunas entidades bancarias a través de su “Obra Social”, alguna asociaciones  de padres de niños discapacitados, cooperativas…
9ª. Y por último, es necesario decir que, por mucho que no compartamos el fondo ideológico del modelo de educación que se imparte en estos centros estrictamente privados, el personal docente, de administración y de servicios de los mismos también son trabajadores y trabajadoras que tiene a su cargo familias. Cosa, no precisamente baladí, que han de tener en cuenta quienes gobiernan, antes de desenfundar la guadaña.
10ª. Todo esto, que para el público en general puede parecer increíble, debería de saberlo una organización política como IULV-CA, que desempeña labores de gobierno.
Por otra parte me consta –es justo reconocerlo- que, no siendo ciertamente mayoría,  bastantes de sus militantes no comparten el planteamiento del Consejo Andaluz de IULV-CA, porque conocen el sistema educativo y son sensatos.
¡Una organización como IUVL-CA, antes de pisar un charco, debería de calibrar su profundidad!

Domingo Jesús Moreno Cornejo
Maestro de las EE. PP. Sagrada Familia de Villacarrillo”

jueves, 29 de diciembre de 2011

Eran cerca de las dos de la tarde, cuando entré en la oficina del banco. Debía cobrar un talón: el importe de unos desplazamientos efectuados en mi trabajo. La cola era larga.
Yo tenía prisa. Como todos.
Los cajeros siempre son demasiado lentos y la cola siempre es demasiado extensa. Pero a veces en estos momentos de impás obligado en la vertiginosa rutina de nuestros días, uno se sorprende dialogando consigo mismo. Hay que reconocer que estos momentos cada vez son más escasos. Pues incluso las esperas del médico no dudamos en ocuparlas con la distracción que nos ofrecen esos modernos teléfonos móviles con los que se puede oír música o la radio, jugar, acceder a Internet…
Pero mientras me tocaba el turno de ventanilla andaba yo meditando sobre la dependencia que hacia estas entidades tenemos todos –no sólo los políticos- . Allí había gente diversa: uno con pinta de currante, otro con aspecto despistado, una gótica con remaches por todas partes, dos señoras que conversaban en inglés, otro con aspecto de jupy… Todos esperando pacientemente el momento de acceder a esa especie de nuevo tipo de confesionario que es la ventanilla de un banco. Unos ingresaban, otros retiraban, otros pagaban un recibo o unas tasas.
Me vino a la cabeza una frase que había visto escrita en algún sitio que venía a decir que el dinero era la única religión que no tenía ateos.
Estas instituciones, los bancos, hoy son la nueva casta sacerdotal a la que hemos de rendir los diezmos y las primicias de nuestro trabajo. Ellos tienen la potestad de decidir quién es merecedor de un préstamo y quién no. Ellos gozan de infalibilidad pues todo lo que hacen está bien, nunca se equivocan en sus decisiones. Ora presto a troche y moche: está bien; ora cierro el grifo del crédito: también.
Y mientras andaba yo en esta cogitaciones, me di cuenta que allí a mi lado, sentada en un sofá, estaba una joven madre con su bebé en brazos. Madre e hijo componía un bonita figura que contrastaba con la frialdad del diseño del logo del banco bajo el que se encontraban, y, yo diría, que hasta le prestaban su calidez. Era evidente que esta madre estaba esperando a algún familiar –tal vez el padre de su criatura- que estaría despachando con alguno de los comerciales o directivo de la oficina. El niño dormía plácidamente, pero ella tenía en su rostro una cierta circunspección que me hizo pensar que quizás estaba esperando el plácet para un préstamo que les permitiera comprar el hogar de ese niño que dormía en sus brazos.
Quizá, no. Quizá solo estaba aburrida como quien, no teniendo prisa, le hacen esperar.
Pero, quizá por las cercanías de las fechas navideñas, se me vino a la cabeza el relato del carpintero buscando posada en la ciudad de Belén.
Entonces me dije: ellos son la viva estampa de la Navidad. Su imagen más auténtica.
Y estuve a punto de dirigirme a ella y decírselo, así, como me vino al alma. Pero me corté. Dudé. ¿Se molestará? –Pensé- Y las palabras quedaron atrapadas entre mis dientes. No se lo dije. Sonó el móvil y a otra cosa.
Ahora, pensando en hacer una felicitación navideña, me ha venido a la cabeza esa escena. Y creo que se lo tenía que haber dicho. Pues realmente, esa madre con su niño, eran la viva estampa de las siempre renovadas Navidades -esas que se repetirán mientras una mujer pueda alumbrar a un hijo- y no se estaban dando cuenta.


Domingo J. M. C.
Baeza, 20-12-2011